Pues eso, a veces y aprovechando esta estación mágica del otoño me apeteció soltar la mano, fundir colores y agua, marcar un camino solamente, quizás el que muchos andamos buscando en este mundo de la acuarela, pero que es una incognita a donde lleva.
Pues resulta un paisaje extraño pero bello. Si al final hay una explosión de luz será bueno. Yo me adentraría.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias Antonia, esa es la luz que quizás metafóricamente vamos buscando, el camino nos conduce a la luz que ilumine nuestra mente, nuestras manos, que nos haga salir del letargo que a veces sufrimos.
ResponderEliminarUn Abrazo.